La mediación es un procedimiento que poco a poco va gozando de mayor relevancia y prestigio en la resolución de todo tipo de conflictos, siendo la forma ideal en cada vez más ámbitos de actuación, por sus características, por los beneficios que comporta, no sólo para las partes implicadas, sino para todo el entorno en el que se lleva a cabo, resultando ser una forma de entender el conflicto que trasciende en la globalidad del proceso y en las personas que en ella están implicadas.
La mediación tiene características que lo diferencian notablemente de otras formas más habituales de resolver los conflictos, por su manera de entender el conflicto, por su respeto por el proceso, por la labor ejemplarizante en sus formas de establecer pactos y consenso y porque tiene un valor educativo social que ayuda a establecer un estilo para tratar los problemas y llegar a soluciones ecológicas, responsables y duraderas.
Veamos algunas de las ventajas que tiene la mediación con respecto a otras formas de tratar los conflictos y llegar a establecer soluciones a problemas habituales que se presentan en la actualidad.
Ventajas principales de la mediación como proceso de resolución de conflictos a problemas
La medicación, como hemos subrayado anteriormente, supone ventajas en su forma, en su estructura y en su forma de marcar objetivos y conseguir soluciones. Éstas son algunas de las más importantes:
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La mediación es un proceso informal y flexible.
La mediación se caracteriza por poner en contacto de una forma menos formal y menos rígida a las partes que están en conflicto, estableciendo puentes para el diálogo, formas de acercamiento de posturas y maneras de establecer consensos de una forma natural, a través de mucho diálogo, mucha comunicación y de una forma directa cara a cara. Además, una mediación implica que ambas partes participan voluntariamente, por lo que el resultado del encuentro siempre está amparado por el respeto y por las pautas que el mediador dictamine para el encuentro.
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La mediación es un proceso de fácil tramitación.
La mediación se caracteriza por establecer pocos trámites para ambas partes, simplificando los puentes para el diálogo, eliminando lo máximo posible las trabas administrativas y aligerando los obstáculos que puedan entorpecer un cara a cara natural y sin dificultades.
Además, los acuerdos son exclusivamente pactados por consenso, por lo que sólo se infieren documentos relacionados con dicho consenso.
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La mediación es un proceso poco costoso económicamente.
La mediación sólo requiere que ambas partes se comprometan a seguir las pautas que un mediador dispone para la resolución del conflicto. Para ello, sólo es necesario que ambas partes quieran participar y, desde el momento en el que se decide llevar a cabo la mediación, seguir los pasos de éste en un ambiente relajado, natural, directo y responsable.
Por ello, el coste que supone llevar a cabo una mediación sólo implica un mediador y un lugar neutral donde establecer los encuentros periódicos que se requieran para la resolución del conflicto. Este lugar no requiere de prácticamente de medios, salvo una mesa, una pizarra y papel y bolígrafos. De este modo se evitan los gastos inherentes a procesos judiciales que se alargan absurdamente como consecuencia del enfrentamiento o la falta de acuerdo entre las partes.
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La mediación es un proceso de corta duración en el tiempo.
La mediación, por regla general y salvo para casos de conflictos internacionales de difícil gestión histórica, suele resultar ser un proceso corto y con un porcentaje de éxito muy elevado.
Desde el primer encuentro, las partes pueden notar las diferencias fundamentales con, por ejemplo, un proceso judicial, por lo que la duración suele ser de unas pocas sesiones.
En la primera sesión se establecen los primeros puentes y las primeros objetivos, llegando a acuerdos generalistas donde se pone de manifiesto el problema de raíz.
En las siguientes sesiones, el mediador dispondrá estos problemas para que ambas partes dialoguen y se escuchen de forma pacífica y por turnos, escuchando, anotando y devolviendo información positiva y enquistada con el objetivo de concienciar, ver el alcance de la distancia y establecer puentes para las primeras concesiones.
A partir de las siguientes sesiones, la empatía de ambas partes crece y los acuerdos llegan rápido, porque el proceso mejora la comunicación, porque implica una responsabilidad compartida y porque el beneficio global es mayor que buscando el interés personal.
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La mediación es un proceso flexible.
La mediación tiene la ventaja, con respecto a otras formas de resolver conflictos, porque permite diferentes formatos, diferentes formas de abordar la resolución de un conflicto y porque no tiene ataduras.
El objetivo está por encima de las partes y por encima de las formas. Por lo tanto, es un proceso que, por ejemplo, permite la presencia o no de abogados, establecer sesiones privadas, reuniones individuales y encuentros conjuntos sin límites, sin normas y sin obstáculos.
Por todas estas características, la mediación se ha convertido durante la última década en uno de los procesos para resolver conflictos más exitosos y con mayor índice de satisfacción entre las partes implicadas.
De este modo, la mediación se ha convertido en un proceso que, progresivamente, tiene cada vez mayor crédito entre los profesionales, que más se elige como mecanismo para resolver conflictos en cada vez más ámbitos de actuación.
El bajo coste, la rapidez y los resultados tan exitosos hacen de la mediación un proceso ideal para multitud de tipos de conflictos con problemas complejos y con un índice de satisfacción de las personas que han elegido la mediación para resolver problemas mucho mayor que el que proporciona una tramitación judicial equivalente.